¿Qué empresas pueden comprar coches?
Para comprar un coche de segunda mano y ocasión por parte de una empresa, es necesario cumplir una serie de requisitos:
- Que la empresa lleve constituida como mínimo un año.
- Tener la documentación actualizada de la empresa
- Estar al corriente del pago de los impuestos.
De este modo, la compañía será la que compre el coche y será titular, aunque a efectos prácticos seas tú el que haga uso del coche como si de un particular se tratase. Si utilizas un coche particular de este modo, lo importante es que te atribuyas una retribución en especie mayor, que es con la que se reconoce un útil como el coche de segunda mano. Esto comportará un coste adicional al IRPF que te permitirá estar al día con tus obligaciones fiscales.
¿Qué es una retribución en especie?
Una retribución en especie es un modo de catalogar el salario que se percibe. En el caso de un coche de segunda mano, es necesario, sobre todo si la compra se hace al contado o a través de la financiación, donde se aplica un 20% sobre el precio de compra como una retribución en especie. En este 20% se incluyen todos los gastos que derivan de la transacción comercial, como el seguro de coche, las reparaciones y el mantenimiento. Al margen quedaría el combustible del coche, que debería pagarse como particular.
Beneficios de la compra de coche para empresa
Comprar un coche de segunda mano para empresa ocasiona una serie de beneficios, como es el hecho de poder hacer deducciones por dicho coche. En el caso de hacer una compra del coche de segunda mano al contado, se propone una amortización, mientras que si se financia, se aplican beneficios en los intereses.
Otro modo de obtener beneficios de comprar un coche de segunda mano a nombre de una empresa es a través de los gastos de mantenimiento, reparaciones y pólizas de seguro. Cuando el coche que se compra se hace para cuestiones privadas, así como empresariales, el porcentaje calculado se reduce en un 50%.
En el supuesto de que el coche de segunda mano comprado para empresa se use para la actividad profesional, los gastos que derivan en concepto de reparación y mantenimiento son deducibles, siempre que sea posible justificarlos adecuadamente.
Para deducir las cuotas por la compra de combustible, el combustible debe afectar directamente a la actividad de la empresa o actividad profesional. Por ejemplo, si has utilizado el coche para un viaje de negocios, se puede deducir el combustible o si el coche se estropea porque lo has usado para un trabajo en el campo, la reparación también se puede deducir.
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