PM-1: La historia del primer coche matriculado en España
¿Te has preguntado alguna vez cuál fue el primer coche matriculado en España? Viajemos en el tiempo hasta el 11 de octubre de 1900, una fecha que marcó un hito en la historia automovilística de nuestro país.En ese día, se matriculó el primer vehículo en España (concretamente en Palma de Mallorca), un primitivo triciclo de 100 kg de peso propulsado por un motor de combustión interna de la marca francesa Clement, propiedad de don José Sureda y Fuentes, un maquinista retirado de la Armada. La matrícula asignada a este pionero automóvil fue la PM-1.
España se convertía así en el primer país del mundo en asignar un código identificativo a los vehículos.
Pero la historia no termina ahí, ya que en la misma isla de Palma de Mallorca se matriculó también el segundo coche de la historia de España, el PM-2, otro triciclo Clement.
Sorprendentemente, ciudades como Madrid y Barcelona no verían sus primeros coches matriculados hasta 1907, siendo superadas en esta carrera por otras ciudades españolas como Bilbao, Sevilla o Valencia.
¿Por qué esta diferencia en la matriculación de coches entre las ciudades españolas?
A pesar de que Madrid y Barcelona eran las principales ciudades de España en ese momento, sorprendentemente, no matricularon sus primeros coches hasta 1907.
Este retraso se debió en gran parte a la controversia en torno al Reglamento para el servicio de coches automóviles por las carreteras, que fue publicado el 18 de septiembre de 1900.
Este reglamento, diseñado con fines fiscales, fue rechazado por muchas asociaciones de conductores, lo que llevó a que los propietarios de automóviles de la época optaran por quedarse voluntariamente en un limbo legal.
El auge imparable de los automóviles en España
A pesar de los obstáculos iniciales, el automóvil se convirtió rápidamente en un símbolo de status y comodidad en la sociedad española.
Para 1910, Madrid ya tenía más de 1,000 coches matriculados en sus calles. Sin embargo, en esa época, las estaciones de ferrocarril eran los únicos lugares donde se podía repostar, ya que las gasolineras aún no existían.
Las restricciones de velocidad también eran notables, limitando la velocidad máxima a 28 km/h en carreteras y 15 km/h en la ciudad.
Este inicio modesto en la historia automovilística de España contrasta con el panorama actual, donde millones de coches circulan por las carreteras de todo el país. La matrícula PM-1 y la historia de cómo se matriculó ese primer coche en 1900 marcan un punto de partida en la evolución de la movilidad en España, y este legado perdura hasta nuestros días.
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